Los talleres escolares ofrecen beneficios tanto a nivel individual como colectivo y contribuyen a formar personas más conscientes, competentes y preparadas para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo.

Además de la edad, lo que diferencia la escuela de la universidad es el nivel de desarrollo de las habilidades. Por este motivo, cada programa educativo se calibrará a las características peculiares de cada grupo de edad y a los objetivos específicos de formación.

¿Por qué una escuela/universidad necesita invertir en un taller para mejorar las habilidades de sus estudiantes?

  • Desarrollo de habilidades blandas: Estos talleres promueven el desarrollo de habilidades blandas que son fundamentales para la vida, como la empatía, la comunicación efectiva, las habilidades de resolución de conflictos y la resiliencia. Estas habilidades son cada vez más demandadas en el mundo laboral y en las relaciones sociales.
  • Bienestar psicológico: La educación emocional y la autoconciencia promueven el bienestar psicológico de los estudiantes, ayudándoles a manejar el estrés, la ansiedad y las emociones negativas de manera saludable.
  • Mejora de las relaciones interpersonales: aprender a comunicarse eficazmente, gestionar los conflictos y respetar la diversidad cultural contribuye a crear un clima escolar más sereno e inclusivo.
  • Prevención del acoso y la violencia: La educación emocional y la mediación intercultural pueden ayudar a prevenir conductas agresivas y promover una cultura de respeto.
  • Preparación para la vida adulta: Estos talleres brindan a los estudiantes las herramientas que necesitan para enfrentar los desafíos de la vida adulta, como las relaciones interpersonales, el trabajo en equipo y la gestión del cambio.
  • Ciudadanos activos y responsables: promover el autoconocimiento, la empatía y la capacidad de colaborar con los demás ayuda a formar ciudadanos activos y responsables, capaces de participar activamente en la vida de la comunidad.
  • Inclusión y diversidad: la mediación intercultural y la educación en escucha activa fomentan la inclusión de todo el alumnado, independientemente de su origen cultural.
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Público objetivo

El taller está dirigido a:

  • Cualquier persona interesada en mejorar sus habilidades emocionales y relacionales;
  • Estudiantes de todas las edades;
  • Educadores y docentes;
  • Padres;
  • Profesionales del sector socioeducativo;
  • Gerentes de recursos humanos.
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Contenido

Educación Emocional

  • Reconocimiento de emociones: actividades para identificar y nombrar las propias emociones y las de los demás (p. ej.: rueda de las emociones, diario de las emociones).
  • Regulación emocional: técnicas de relajación, atención plena, manejo del estrés (p. ej., respiración profunda, visualizaciones guiadas).
  • Empatía: ejercicios para ponerse en el lugar del otro, juegos de roles, cuentos que estimulen la reflexión.
  • Asertividad: técnicas para expresar las propias opiniones de forma clara y respetuosa, sin herir a los demás.

Mediación intercultural

  • Diversidad cultural: actividades para explorar las culturas propias y ajenas, estereotipos y prejuicios, comparación entre diferentes culturas.
  • Comunicación intercultural: ejercicios de comunicación no verbal, role-playing para simular situaciones interculturales, análisis de casos reales.
  • Respeto e inclusión: actividades para promover el respeto a las diferencias, la potenciación de la diversidad y la construcción de una comunidad inclusiva.
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Contenido

Comunicación y Escucha Activa

  • Comunicación efectiva: técnicas de comunicación verbal y no verbal, comunicación asertiva, metacomunicación y manejo de conflictos verbales.
  • Escucha activa: ejercicios para mejorar la escucha, parafrasear, aclarar preguntas.
  • Comunicación empática: actividades para desarrollar la empatía en la comunicación, la escucha profunda, la comprensión de las necesidades de los demás.

Gestión de conflictos

  • Resolución pacífica de conflictos: mediación, resolución de problemas, técnicas de negociación.
  • Manejo de emociones en conflictos: ejercicios para manejar la ira, la frustración y otras emociones negativas.
  • Prevención de conflictos: actividades para desarrollar la capacidad de colaboración y respeto mutuo.

El fracaso como renacimiento

  • Actitud positiva hacia el fracaso: actividades para desmentir mitos sobre el fracaso, análisis de historias de éxito nacidas del fracaso.
  • Resiliencia: técnicas para hacer frente a las dificultades y superar obstáculos, desarrollar la resiliencia.
  • Aprender de los errores: actividades para transformar los errores en oportunidades de crecimiento.
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